LA REUNIFICACIÓN
Era evidente que en su fuero interno, los europeos orientales hacía tiempo que anhelaban un cambio, pero los acontecimientos que llevaron a la reunificación alemana tomaron por sorpresa incluso a los observadores políticos más avezados.
El llamado Wende de Alemania (el cambio que supuso la caída del comunismo) y su reunificación llegaron de la forma más alemana posible: un desarrollo progresivo que culminó en un gran estallido. Los alemanes del Este, que recordaban la situación de Berlín en la década de 1950, empezaron a abandonar el país en tropel. Esta vez no tuvieron que atravesar esa línea de hormigón y alambradas que separaba el Este del Oeste, sino que cruzaron las fronteras abiertas de Austria y Hungría. El SED no pudo contener la avalancha de ciudadanos que deseaban marcharse, algunos de los cuales buscaron refugio en la embajada de la RFA en Praga. Más o menos por la misma época, los alemanes del Este empezaron a tomar las calles y a manifestarse los lunes después de la misa de la iglesia de San Nicolás, en Leipzig, y de otras iglesias de la RDA, sabiendo que la Iglesia apoyaba su demanda de un mayor respeto por los derechos humanos.
La propagación e intensificación de las manifestaciones hizo que Erich Honecker aceptara lo inevitable y cediera su puesto a Egon Krenz. Y en la decisiva noche del 9 de noviembre de 1989, el funcionario del partido Günter Schabowsky informó a los ciudadanos de la RDA de que podían viajar directamente al oeste; 10 000 alemanes del este cruzaron exultantes la frontera por diversos puntos de Berlín y otras zonas del país, y pusieron fin así a la fría etapa de la división alemana.
La Alemania unificada de hoy, con sus 16 estados (cinco de los cuales se encuentran en el este de Alemania, los llamados “nuevos estados”), se logró tras un fugaz debate político nacional y una serie de tratados para la supresión de las zonas de ocupación resultantes de la Segunda Guerra Mundial. Los días de ocupación de las cuatro potencias pasaron a la historia. Berlín adquirió su estatus actual de ciudad estado independiente, e inmediatamente después de la reunificación, el 3 de octubre de 1990, recuperó la capitalidad de Alemania.
La figura sin duda más destacada de la reunificación y de la década de 1990 fue Helmut Kohl, cuya coalición de CDU/CSU y FDP resultó reelegida en los primeros comicios de la Alemania unificada, celebrados en diciembre de 1990.
Bajo el liderazgo de Kohl, se privatizaron las propiedades del este de Alemania y las industrias estatales supersubvencionadas sufrieron recortes importantes, se vendieron o se liquidaron por completo; también se modernizaron las infraestructuras (en algunos casos incluso se sobreinvirtió en ellas) para generar el boom de la unificación por el que el este del país experimentó un crecimiento de hasta el 10% anual hasta 1995. Sin embargo, esta bonanza disminuyó notablemente en la segunda mitad de la década, y el resultado fue una Alemania oriental dividida en vencedores y vencidos por efecto de la unificación. A los que tenían trabajo les fue bien, pero el índice de desempleo era alto y la falta de oportunidades en regiones como Harz Mountains o en ciudades como Magdeburgo y Halle (ambas en Sajonia-Anhalt) siguen haciendo que muchos jóvenes del este de Alemania busquen suerte en el lado oeste o en ciudades en rápido desarrollo como Leipzig (Sajonia). Berlín es la excepción, a pesar de su inestabilidad económica. Muchos funcionarios públicos de Bohn se han trasladado a la capital para ocupar puestos administrativos similares, y su vibrante escena cultural atrae a los jóvenes de todo el país.
Helmut Kohl también se esforzó por llevar ante los tribunales a los dirigentes de la RDA, como Erich Honecker, que huyó tras dimitir y murió en Chile en 1994. Su caso se sobreseyó antes de su muerte como consecuencia de su delicada salud.
El legado de Helmut Kohl con respecto a la unificación es incuestionable. Sin embargo, su implicación en el escándalo por soborno con fondos del partido a finales de la década de 1990 casi arruinó económicamente a su propio partido y le privó del cargo honorario vitalicio de presidente de la CDU. En 1998, una coalición formada por el SPD y Bündnis 90/Die Grünen (Alianza 90/Los Verdes) derrotó a la coalición cristianodemócrata liberal (CDU-CSU/FDP) hasta entonces en el poder.