EL MURO DE BERLÍN
El éxodo de jóvenes trabajadores bien formados de la RDA a la RFA en busca de mejor fortuna sacudió tanto la ya maltrecha economía de la RDA que el Gobierno, con el consentimiento soviético, decidió levantar un muro para contenerlos. El Muro de Berlín, el símbolo más notable de la Guerra Fría, dividió Berlín en dos mitades la noche del 12 de agosto de 1961. La frontera interna de Alemania quedó vallada y minada.
Después de encerrar tras el Muro al resto de su inquieta población (330 000 alemanes orientales huyeron al lado occidental solo en 1953), la RDA lanzó una nueva política económica destinada a mejorar su situación. Y lo consiguió. El nivel de vida nacional alcanzó el máximo del bloque de países del Este y la RDA se convirtió en su segunda mayor potencia industrial (después de la URSS).
El nombramiento de Erich Honecker (1912-1994) en 1971 supuso el inicio del acercamiento a Occidente y la mejora de la aceptación internacional de la RDA. Honecker era afín a la política soviética (reemplazó las cláusulas de reunificación de la Constitución de la RDA por una declaración de alianza irrevocable con la URSS en 1974), pero sus medidas económicas favorecieron un renacimiento económico que se mantuvo hasta el estancamiento de finales de la década de 1980.